
Después de décadas de desarme, Javier Milei se convierte en el primer presidente argentino que le da a las Fuerzas Armadas la atención presupuestaria que se merecen y la Nación necesita.
Argentina y Estados Unidos han entablado conversaciones preliminares sobre la adquisición de nuevos vehículos militares. Esta iniciativa es parte de una visión más amplia de mejora y desarrollo de las capacidades militares Argentinas a través del programa de Ventas Militares Extranjeras (FMS) de EE.UU.
Actualmente, las conversaciones se centran en nueve LAV III neozelandeses, un vehículo blindado ligero utilizado originalmente por las Fuerzas de Defensa de Nueva Zelanda, y al menos 180 Strykers 8×8 estadounidenses.
La decisión de adquirir estos vehículos, luego de firmar la orden de compra de los aviones cazas F-16 de Dinamarca y haber recibido un Hércules C-130 de los Estados Unidos, refleja los esfuerzos continuos del gobierno de Javier Milei para modernizar y revalorizar a unas Fuerzas Armadas que durante tantos años han sido desfinanciadas y desatendidas.
Argentina enfrenta múltiples hipótesis de conflicto en la región, desde barcos extranjeros que entran al espacio marítimo para depredar los mares, avionetas narco que violan el espacio aéreo prácticamente todos los días para mover droga, y cuestiones fronterizas con Chile.
El país está atravesando un incremento en la actividad violenta de los carteles narcos, al igual que el aumento de la presencia del terrorismo islámico en la región. A lo largo de la historia, el norte de Argentina ha sido vulnerable, principalmente, al tráfico de drogas, especialmente en la frontera con Bolivia. Por lo tanto, es crucial que Argentina cuente con unas Fuerzas Armadas bien entrenadas y con un equipamiento moderno a disposición.