
La elección de Donald Trump en Estados Unidos podría revivir temores sobre el Mundial 2026. En 2017, las políticas migratorias de Donald Trump resonaron con fuerza y un segundo término, con un formato más radical, podría incidir en la organización de la Copa. El nuevo presidente electo de USA mantiene un vínculo ambivalente con el Mundial 2026. Aunque según The Athletic su gestión ayudó a que FIFA concediera a Estados Unidos (junto a Canadá y México) la sede del mundial, sus polémicas políticas migratorias y proteccionistas no pasaron desapercibidas para el organismo.
Resonó especialmente en el periodo de licitación y llegó hasta las más altas esferas directivas. Un escándalo que pareció desaparecer tras la elección de Joe Biden en 2020, pero que podría reactivarse si el magnate vuelve a insistir en algunos de sus pensamientos basados desde el Despacho Oval. La primera gestión de Trump inició con la polémica Orden Ejecutiva 13769, que vetó el ingreso a Estados Unidos de toda persona que contaba con un pasaporte de Libia, Irán, Irak, Somalia, Sudán, Siria y Yemen.
Asimismo, advirtió con imponer prohibiciones similares en los flujos migratorios con origen en México, El Salvador, Honduras, Haití y Venezuela. La orden también suspendió el Programa de Admisión de Refugiados por un periodo de 120 días. El argumento de Trump para el establecimiento de esta medida fue el de “combatir el terrorismo” y aportar seguridad a la Unión Americana.
